Carta al director aparecida ayer en el periódico Ideal en su edición de Granada, día 26 de Diciembre de 2012, escrita por nuestro amigo Rafael Pozo, delegado en Granada del partido político España 2000.
Sr. Director de IDEAL: Mientras miles de granadinos conmemoraremos un año más. de forma ordenada y pacífica el día de la Toma de Granada por los Reyes Católicos, el próximo 2 de Enero invito a la Plataforma Granada Abierta y colectivos afines, a tomar un té o Kebab moruno mientras duran los actos oficiales a los que nos convoca el Ayuntamiento de Granada para conmemorar la efeméride.
Raya lo absurdo y vergonzoso, que todos los años por estas fechas salgan con la misma cantinela estos tolerantes 'abiertos' (sic) con el intento de inventarse y reescribirnos nuestra historia, a su manera, con descalificativos que en nada tienen que ver con la fecha que conmemoramos miles de granadinos. En su llamamiento, llaman "fachas" a los concentrados que acuden a la Plaza del Carmen, ¿Será que el fascismo existía en el siglo XII, y en mi desconocimiento creía que fue fundado en el siglo XX por Mussolini?. Esta mentalidad, digna de un análisis psiquiátrico, se debe a no querer reconocer que si hoy existe Andalucía se debe a los 800 años de Reconquista, que terminó con la rendición a los Reyes Católicos de la última ciudad mora.
La Toma de Granada en el 1492, dió lugar a continuación a la Edad de Oro de las letras, el arte, y la cultura en general; dio lugar a las cotas de civilización, donde ser alcanzaron sus niveles más altos y en dónde España se expandió por todos los rincones del mundo. Quizás, si no se hubiese reconquistado Granada, tanto que ensalzan a la figura de Doña Mariana Pineda la referida asociación, sería una luchadora contra lo que representa el islam en la actualidad.
No comprendo que mientras la lucha armada de los independentistas latinoamericanos contra España son considerados 'héroes', los Reyes Católicos que lucharon en la reconquista contra los musulmanes, son vistos con indiferencia, desprecio y hasta con odio por que echaron a los árabes de "su tierra andalusí".
Por eso, como todos los años, los granadinos acudiremos a la Plaza del Carmen para conmemorar el Día de la Toma de Granada sin negar nuestra historia ni nuestra propia identidad como españoles.
Rafael Pozo García.
Granada.
"Arístegui, que ha escrito también sobre Isabel la Católica y su época, no dudó en calificarla como "la mujer del milenio": "Me admiran profundamente las normas que ella daba para [los indios, a] quienes denominaba sus súbditos. Encomendaba en todas sus cartas y en todas sus cédulas reales que tuvieran en cuenta que eran sus súbditos, y no siervos, y que amaba a sus súbditos de ultramar. Y con ese espíritu, la reina pidió que se les dieran no más de ocho horas de trabajo, que no trabajaran sábados ni domingos".
ResponderEliminarY si no escribe una novela sobre Isabel la Católica ("la primera mujer moderna, que habla de los derechos humanos, de la libertad de la mujer, que hace colegios para mujeres"), aunque desearía hacerlo y se lo han pedido, es, confiesa porque ya lo han abordado grandes personalidades y le da "algo de apuro"."
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Muchos ven a Isabel, una figura despiadada sin embargo, fue ella quien prohibió a Cristóbal Colón la venta de los pobladores del territorio americano como esclavos. Ella misma dijo, que la gente que moraba en aquellas tierras eran hombres libres tal como los habitantes de Castilla. Los esclavos que Colón llegó a vender fueron rescatados y devueltos a su tierra originaria de esta manera, recuperaron su libertad.
ResponderEliminarIsabel La Católica prohibió la esclavitud de los guanches en 1478,la de los indios en 1501,liberó a los solariegos castellanos en 1480 y a los payeses catalanes en 1486; según Dumont en 1492 compro los esclavos musulmanes de Castilla para emanciparlos…« quiso reformar el episcopado disoluto de la época». Isabel entrega unos 300 millones de euros actuales a los pobres.Y se consume por el celo divino. Por ese celo manda a Colón a descubrir el Nuevo Mundo y convierte la guerra de Granada en una «cruzada o causa de Dios».